Tú, donne misteriosa,
de razón prodigiosa,
de humildad plena
y nada rencorosa.
Frente a la discrepancia,
sabes bien cómo ser,
y ante la indiferencia,
sabes mantener tu ver.
Traspasas las distancias
en odiseas y sin miedo,
sabes de la perseverancia
antes de alzar el vuelo.
Con el rostro en alto llevas
a tu tierra y a tu gente,
sientes su dolor, te enloquece
su curiosidad inconsistente.
No obstante, un destino tienes,
tal vez lo intuyas, quizás, quizás lo sepas…
Y entre clases te entretienes,
en muchos puntos te
contienes;
y así, sin querer, vas formando
a otra humanidad
en donde quepas.