Augusto Indeleble decidió suicidarse tras saberse con serios problemas
económicos. Necesitaba despedir a un empleado y no tenía valor para hacerlo.
Tras dejar una nota al Juez, fue incapaz de apretar el gatillo. En su
último delirio, pensó en una alternativa: reunir a sus seis empleados y
proponerles jugar a la ruleta rusa.
Cada
uno de los trabajadores haría un disparo apuntándose a un pie. Si no tenía
bala, el afortunado seguiría trabajando. En caso contrario, se ganaría una
pensión por invalidez y el resto de sus compañeros conservarían el empleo.
Los
cinco primeros lo intentaron sin éxito.
Sólo
quedaba un turno. Rogelio cogió el Colt con firmeza y disparó.
«D. Augusto Indeleble, conocido
empresario local, se suicidó ayer en la soledad de su despacho. La Guardia
Civil, alertada por sus propios empleados, halló muerto al malogrado gerente de
la empresa con un revólver en la mano y un disparo en la cabeza. Una nota
manuscrita explicaba las razones que llevaron a Indeleble hasta tan trágico
desenlace.
Los trabajadores, huérfanos tras el
fallecimiento de su jefe, constituirán una cooperativa que llevará su nombre en
homenaje a su memoria.
La familia pide una oración por su alma.
Que Dios le perdone.
El Palentino, 7-9-2017».
José María García Sánchez