Siempre he tenido un cuerpo
orondo, de dimensiones extraordinarias.
A los veinticinco, y después
de haber perdido un peso considerable a base de esos esfuerzos sobrehumanos en
los que ponemos a prueba la voluntad de la mente, pude comprar mi primer
vestido de confección estándar.
Lo conseguí a base de
raciones de risa, qué otra cosa podía hacer: mucho ejercicio, sudando hasta
quedar extenuada y cerrando el pico con todas las hambres habidas y por haber
en mi interior. Conceptos cruciales para ese fin.
Me sentía tan feliz con mi
nuevo cuerpo esculpido día a día, que mantenerme era una decisión inamovible
frente a la provocación en fiestas y celebraciones de todo tipo.
Han pasado muchos años y
muchos kilos más de aquello; y reconozco que soy una persona que disfruto
comiendo. Ahora estoy en esas “edades complicadas”. Esas en que los excesos que
cometes y hayas cometido a lo largo de toda tu vida, te pasan factura.
He tenido dos hijos, que
también se hacen notar por sus formas corporales. Un marido y dos novios.
Desde que me separé, no había
conseguido mantener una relación seria, y mis frustraciones emocionales, las suplía
con abundantes ingestas de alimento descontroladas.
Pero
de vez en cuando la vida nos besa la boca, sí, sí, eso es lo que
me pasó cuando conocí a este hombre que me venera y le gusta mi cuerpo, tal
cual es. Me quiere con locura, y lo mejor de todo, es que sus besos, saben a
pastel de nata y chocolate.
Confieso que he suplido mis
ansias de comer por su amor, he perdido peso y estoy divina. Creo que es la
primera vez en mi vida que estoy en perfecto equilibrio.
¡Lo que no consiga el amor!
Beni
Me ha encantado Beni.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este relato Beni, lo he leído con gran placer.
ResponderEliminarQue tengas un gran verano.
Un saludo y una :)
Me ha gustado mucho este relato Beni, lo he leído con gran placer.
ResponderEliminarQue tengas un gran verano.
Un saludo y una :)
Dejas claro que nos pasamos comiendo por culpa de carencias emocionales. Me gusta la forma de decirlo. Besitos mil.
ResponderEliminarNo sé si me creerás pero me he sentido totalmente identificada. Lo sentí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Beni, muy bueno este relato y también real como la vida misma, deberíamos dedicarle más tiempo al amor y menos a la comida. Feliz verano
ResponderEliminarBeni mui bonito tenemos que copia y aser mas caso al amor y menos ala comida y ahotras tcosa que no merensen la pena
ResponderEliminarfeliz berano