Aún no
soy, pero estoy a punto de serlo, siento como las manos de mi padre me
transmiten, a través de su piel, el calor y el amor que siente por mí. Soy consciente
y, sobre todo, deseo ser. Sé como me llamaré y lo que seré. Mi nombre y el de
mi padre, perdurarán siglos en la memoria de los futuros que están por llegar. Sobre
mi morarán las criaturas con las cuales llevo soñado tanto tiempo, vivirán sus
vidas de acuerdo con el ritmo de mis estaciones y de mis lunas, poblando mis
valles, montañas y llanuras mientras me irán vistiendo de sueños y esperanzas.
Ya me
parece oír cómo me llaman mis hermanos, esperándome impacientes para que me una
a sus bailes eternos en los cielos de los universos, que existen mas allá de
los sueños y de los tiempos, o más allá de la comprensión del espacio y del
porqué de la existencia. Bulle en mí la impaciencia, después de millones de
años esperando ya no aguanto más este confinamiento, aunque esté a salvo y el
calor del vientre que me alimenta me reconforta, quiero salir a la luz del
nuevo día que se avecina y sentir sobre la piel desnuda las brisas de la vida y
los rayos del sol.
Me llamaré
Midgard y seré el Reino de los hombres, mi padre el gran Yddgrasil me ha
gestado en su vientre desde tiempos inmemoriales, esperando el momento propicio
para dejarme ir. Siento que el tan ansiado momento está a punto de llegar y no
puedo evitar esa sonrisa que se ha instalado en la comisura de mis labios, mi
corazón late desbocado dentro de mi pecho de tierra, fuego y agua, siento que ya
falta poco.
Oh,
hermanos míos, a vosotros estaré conectado con el Bifrost, ese puente hecho arcoíris,
que me permitirá tener acceso al conocimiento de los arcanos y de las runas, me
abrazaré a vosotros fundiéndome en vuestro amor eterno.
Helheim, el Reino de los muertos, Svartálfuheim, el Reino de los elfos
oscuros,
Niflheim, el Reino de las nieblas y el terror, Jotunheim, el
Reino de los gigantes,
Vanaheim, el Reino de los Vanir, Alfheim, el Reino de los elfos de la Luz,
Asgard, el Reino de los Asir, Muspelheim, el mundo primordial de fuego.
Todos ellos nacidos antes que yo, e impacientes por darme la
bienvenida. Deseo tanto cruzar el puente de los colores de la vida, saciarme en
la fuente que llena el pozo del conocimiento.
Ya conozco las Nornas: Uror dueña de lo que ha sucedido,
Veroandi dueña de lo que sucede y Skuld dueña de lo que debería suceder. Éstas
viven bajo las raíces de mi padre y es allí donde tejen los tapices de los
destinos y riegan las raíces del Yggdrasil con las aguas y la arcilla que
provienen del pozo de Urd. Son las conocidas hilanderas que tejen la duración
de la vida de los que serán mis futuros súbditos, esos que un día se harán
llamar hombres.
Aquellos que en un futuro contarán las historias de los
nacimientos de los mundos, cantarán las gestas de los Asir y de los Vanir,
intentarán comprender el significado de las runas sagradas, nacerán, vivirán y
morirán, sin llegar nunca a entender el verdadero significado de su corta vida,
pero lo intentarán con todas sus fuerzas.
Claro que lo que os estoy contando, no son más que los sueños
que me visitan a todas horas desde hace mucho tiempo, además ya siento como mi
padre se estremece… por fin ha llegado el momento de mi nacimiento.
Benjamín J. Green
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