domingo, 24 de mayo de 2015

Como lagartos al sol - Laura Mir





Soy consciente de que voy abrir la famosa caja esa de Pandora y cuando nos demos cuenta, todos los demonios de aquellos infiernos de sol y arena nos cubrirán por completo, pero serán vientos nuevos aunque de tormentas viejas, sé que no es consuelo, pero en cierto modo, reconfortan o sólo me conforman, puede que sea el caso.

Lo hago porque hoy he pensado en ti, en mí, en nosotros; en ellos, en los vivos y en los muertos, esos que yacen en las fosas del silencio y la locura; en la gran fractura que provoqué, que provocamos… No, no, no pretendo justificarme, justificarte, a estas alturas y después de tanto tiempo, creo que no hace falta. Nunca nos gustaron las excusas.

Durante estos años me han ofrecido otras cosas, muchas, algunas las he intentado, otras no me han atraído en absoluto, ya sabes como soy de inquieta, me conoces bien y lo que no interesa, sobra.

Ninguna de las que he ido probando me ha llegado a llenar lo suficiente como para quedarme. Lo último ha sido un proyecto de reinsertación social para las víctimas que nos ha dejado esta crisis. Aunque lo pintan bien y es un proyecto piloto en esta zona, no termina de completarme. Tampoco interesa a nadie, ¡cómo te lo cuento!

Nos estamos volviendo todos locos de eso no me queda duda…¡Cuánta razón tenías!

Después de darle muchas vueltas, he pensado en volver al exilio, al plato vacío, al muro sinvergüenza, a la cárcel negra, a las torturas y al barracón. Necesito hacerlo porque quiero sentir sobre la piel nuestros colores y ese tacto tan especial de la gente pequeña, esa gente que con solo buena voluntad hace cosas muy grandes. Quizá sea, porque en estos últimos tiempos sólo he conocido a gentes muy grandes encapsuladas por propia estupidez en círculos muy reducidos.

Ignoro dónde y con quién estás ahora, pero eso nunca supuso un gran problema para nosotros. Porque siempre hemos sido como lagartos reposando al sol, dejándonos la piel en la espera del momento preciso para poder ir, simplemente para luego poder volver y explicarlo.

Porque echo de menos todo eso y más… Te llamaré, pero esta vez te pido que si no podemos salvar a nadie, no te quites las gafas con rabia para tirarlas por encima de los carteles en las marchas negras, fue por lo único que desaparecí.



Laura Mir




3 comentarios:

  1. Un gran relato Laura, me ha enganchado a la primera, hacia tiempo que no leía algo tan bueno. Me ha encantado este pasaje:

    "Lo hago porque hoy he pensado en ti, en mí, en nosotros; en ellos, en los vivos y en los muertos, esos que yacen en las fosas del silencio y la locura; en la gran fractura que provoqué, que provocamos… No, no, no pretendo justificarme, justificarte, a estas alturas y después de tanto tiempo, creo que no hace falta. Nunca nos gustaron las excusas."

    Una pluma maravillosa estimada, eres genial y mas aún.
    Un saludo y una gran :)

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  2. Jajaja, espero que coja el teléfono, ha llovido ¿¿??

    Muchas gracias por todo, besos y mañana más.

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  3. Estás muy críptica últimamente, querida Laura. Le hablas con frecuencia a alguien que no sabemos quién es y le comentas con tu maravilloso estilo retazos de vida de los que no sabemos los antecedentes ni tenemos referencias.

    La escritura es terapia, y sanación, y liberación, y crecimiento. Creo que estás en un momento especial de tu vida y estamos siendo espectadores. Que sea todo para bien :)

    Un gran abrazo!!

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