viernes, 22 de mayo de 2015

Él, el tiempo y el silencio - Beni



Se casó con Él porque lo amaba con locura, sin percatarse de que formaban una extraña pareja de tres.

Con los años se dio cuenta de que Él era el único que sabía de sus necesidades, lo cuidaba con demasiado esmero; pasaba las horas limpiándolo minuciosamente, engrasándolo y ajustándolo con infinita paciencia.

Cada atardecer le daba cuerda y ajustaba esos instantes de retraso en las saetas, y ella siempre pensaba para sí: “Lo cuida más que a mí”.

Él cayó enfermo y a medida que Él perdía fuerzas, el reloj heredado de su padre, languidecía. Pero se recuperó el tiempo justo para arreglarlo, y éste agradecido le ofrecía un tictac más efusivo y alegre. Entonces comprendió que el alma y la vida de su marido estaban ligadas de algún modo a esa maquinaría.

Poco tiempo después, Él recayó y no volvió a recuperarse, la enfermedad era mala y acabó por llevárselo.

El carrillón como si se fuera con Él, dejó de marcar las horas y los cuartos, ya ni siquiera oía su persistente ritmo.

Toda esa paz, calma y lentitud marcaban ahora su vida, hasta el punto de que fue incapaz de discernir el día de la noche, la mañana de la tarde y las horas de los minutos. Todo era igual de irreal como al principio, pero sin Él.

Deambulaba por el salón todo el tiempo y en algún momento de lucidez, con sigilo se aproximaba por detrás, con la esperanza de que su marido todavía estuviese trasteando en su interior para sorprenderlo, mientras se decía: “Para todos los males, hay dos remedios: el tiempo y el silencio”.

Cuando comprobaba que Él no estaba, decepcionada porque Él y el tiempo la habían abandonado, volvía de nuevo a su otra realidad cubierta por entero de irrealidad y de silencio.



Beni


15 comentarios:

  1. Bonito relato Beni. Me alegra que estés escribiendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si era una frase muy sugerente, y le he dado forma.

      Eliminar
  2. Me ha gustado mucho este relato Beni, curiosa relación con un reloj de por medio, lo he leído con gran placer.
    Un saludo y un feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  3. Un buen relato, con sensibilidad, ordenado y elegante. Felicidades. Un gran abrazo hermosa y disfruta de un bonito fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. «Sin entrar en valoraciones literarias, he de decir que a santo de qué aparece con mayúsculas él. Espero que si me respondes, no trates de convencerme diciendo que es con intención enfática».

      Eliminar
    2. Él es el nombre del marido, muchas gracias por la agudeza, me alegra que te haya gustado el relato. Un beso y feliz fin de semana.

      Eliminar
    3. Pido disculpas por mi anterior comentario, soy un poco duro de mollera y no me había percatado de que en este escrito Él se corresponde con el nombre del personaje y no del pronombre tal y como había interpretado.

      Eliminar
  4. Un bonito y curioso relato. Un reloj que marca no solo el tiempo, sino también la relación matrimonial.
    Abrazos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te guste, si te fijas es la primera frase la que marca todo el relato. Muchas gracias por leer y comentar. Un beso y feliz domingo.

      Eliminar
  5. Un reloj que depende del hombre o el hombre del reloj. Si se detiene la máquina muere el hombre, y si se muere el hombre se detiene el tiempo
    Estupendo!!!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Me ha encantado Gracias por compartir Laura. Un saludo

    ResponderEliminar
  7. Un hermoso relato que casi nos hace sentir el paso del tiempo sobre la piel a ritmo de tic-tac. Original e impecablemente narrado. Me ha gustado mucho :)

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  8. Me encanta la magia que, algunas veces, poseen los objetos y me fascina que lo describas de esta forma tan genial Besitos

    ResponderEliminar