viernes, 19 de septiembre de 2014

El despertar




Miro a tus ojos y no veo ese hermoso color verde, a tientas como un ciego, sólo siento, siento en la piel tus miradas cálidas que me abrigan en los tiempos gélidos, cuando en las noches de invierno ando perdida sin encontrar donde refugiarme.

Me ofreces tu cuerpo como la única verdad de la vida, aún sabiendo que lo profanaré de verdades poco ciertas una vez más, y que marcharé al amanecer sin mirar atrás. Habiendo saciado las ansias, te dejo desnudo y expuesto al mundo, quizás con las ganas reprimidas de esa caricia secreta por miedo a no verme volver jamás.

Me has dado los mejores años de tu vida, esas experiencias que no puedes trasmitir, pero que sé que existen porque me llenan de paz en esas guerras que libro con los más  absurdos adversarios, pero tú, respetando mis imaginaciones, no dices nada, sólo sonríes ante mi candidez.

Tú, que con tus labios pintas esos universos de luz que me llenan cuando me siento vacía, triste y oscura; perversa y retorcida me dijiste una vez; me enrosco del dolor que el desamor e incomprensión provoca, sin comprender que al corazón no lo calma la pasión loca y fatua, si no la ternura infinita con la que me abrazas.

Contigo no hay miedos que no pueda superar. Hoy me he puesto a pensarte un poco más, lo sé, terca hasta la médula. En este ignoto desierto del pensamiento contrapuesto, me he dado cuenta de que me amas sin pedir nada, sin exigencias, y yo, he visto la realidad de esta estúpida que sintiéndose mujer a tu lado, no ha sabido apreciar cómo se debe todo lo que me profesas.

Cansada de negarte en silencio y de rotar por el mundo buscando un no sé qué, quiero quedarme enredada en tu pecho y en tu ternura para siempre, porque me he dado cuenta, y espero que no sea demasiado tarde, que te amo con locura, y que no hay otro sitio donde quiera estar, quiero toda esa fuerza, apoyo y refugio que me consagran tus brazos y que hasta hoy no he sabido valorar.

¿Me puedo quedar?


Sonia Mallorca

4 comentarios:

  1. Un buen texto. Narrado con una exquisitez encomiable. Te felicito.

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  2. De un monólogo, escrito en el absoluto silencio, donde solo resuena la pregunta final, se deduce lo que pocos saben. El verdadero hogar se encuentra dentro de la piel.
    Sigue juntando palabras como sabes hacer.

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  3. Muchas gracias Inma por compartir con nosotros, y la rosa dijo: sí.

    Un beso

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  4. Hola Inma
    Un magnifico relato, muy intimo escrito
    desde muy dentro que me ha encantado,
    tanto, que te diría que si.... puedes quedarte.
    Espero que vuelvas a deleitarnos con tus palabras.
    Un abrazo cordial.
    benjamín

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