Miro a tus ojos y no veo ese hermoso color verde, a tientas
como un ciego, sólo siento, siento en la piel tus miradas cálidas que me
abrigan en los tiempos gélidos, cuando en las noches de invierno ando perdida
sin encontrar donde refugiarme.
Me ofreces tu cuerpo como la única verdad de la vida, aún
sabiendo que lo profanaré de verdades poco ciertas una vez más, y que marcharé
al amanecer sin mirar atrás. Habiendo saciado las ansias, te dejo desnudo y
expuesto al mundo, quizás con las ganas reprimidas de esa caricia secreta por
miedo a no verme volver jamás.
Me has dado los mejores años de tu vida, esas experiencias
que no puedes trasmitir, pero que sé que existen porque me llenan de paz en
esas guerras que libro con los más absurdos
adversarios, pero tú, respetando mis imaginaciones, no dices nada, sólo sonríes
ante mi candidez.
Tú, que con tus labios pintas esos universos de luz que me
llenan cuando me siento vacía, triste y oscura; perversa y retorcida me dijiste
una vez; me enrosco del dolor que el desamor e incomprensión provoca, sin
comprender que al corazón no lo calma la pasión loca y fatua, si no la ternura
infinita con la que me abrazas.
Contigo no hay miedos que no pueda superar. Hoy me he puesto
a pensarte un poco más, lo sé, terca hasta la médula. En este ignoto desierto
del pensamiento contrapuesto, me he dado cuenta de que me amas sin pedir nada,
sin exigencias, y yo, he visto la realidad de esta estúpida que sintiéndose
mujer a tu lado, no ha sabido apreciar cómo se debe todo lo que me profesas.
Cansada de negarte en silencio y de rotar por el mundo
buscando un no sé qué, quiero quedarme enredada en tu pecho y en tu ternura
para siempre, porque me he dado cuenta, y espero que no sea demasiado tarde, que
te amo con locura, y que no hay otro sitio donde quiera estar, quiero toda esa
fuerza, apoyo y refugio que me consagran tus brazos y que hasta hoy no he
sabido valorar.
¿Me puedo quedar?
Sonia Mallorca
Un buen texto. Narrado con una exquisitez encomiable. Te felicito.
ResponderEliminarDe un monólogo, escrito en el absoluto silencio, donde solo resuena la pregunta final, se deduce lo que pocos saben. El verdadero hogar se encuentra dentro de la piel.
ResponderEliminarSigue juntando palabras como sabes hacer.
Muchas gracias Inma por compartir con nosotros, y la rosa dijo: sí.
ResponderEliminarUn beso
Hola Inma
ResponderEliminarUn magnifico relato, muy intimo escrito
desde muy dentro que me ha encantado,
tanto, que te diría que si.... puedes quedarte.
Espero que vuelvas a deleitarnos con tus palabras.
Un abrazo cordial.
benjamín