martes, 30 de septiembre de 2014

Planeta Corazón




Encontré una fórmula para averiguar personalmente los sentimientos de alguien. Analicé detalles que pudieran demostrarlo, pero no los encontré, no había indicio claro, incluso hallé todo lo contrario, pero lo negaba. Sí, no era mi inseguridad, aquello no era amor, pero preguntarlo no era solución, tal como me contestaba, a preguntas tontas no hay respuestas. 

Era patético seguir toda la vida deshojando margaritas o interrogando, y en un momento de ensoñación una mañana acostada, me puse a meditar.

Me dije, el amor tiene que ser algo que se materialice en alguna parte. Somos tan astrales en nuestro ego que si el Universo es infinito tiene que haber un cosmos sentimental donde se almacenen las vibraciones de nuestros corazones, y allí se protejan de invasiones de intimidad o violaciones. Al fin y al cabo el amor es universal e infinito.

¿Dónde se hallaba ese mar de planetas, cuando en la Tierra no se ve el amor y no se siente? Habría que buscar en el espacio exterior y averiguar.

Despegué mi mente al infinito, atravesando astros y estrellas, y ocurrió algo mágico. Allí estaba el corazón de mi pareja, "magnifico planeta", y entendí porque tanto celo en guardarlo fuera del alcance, ya que era grande, hermoso y delicado. Había sido muy cuidadoso e inteligente de protegerse bien para que nadie pudiera herirlo.

Seguramente tuvo otros amores además del mío, pero por lo que sea no habían funcionado, y no parecía funcionar conmigo tampoco, porque siempre decía que su mundo no era mi mundo y nunca se aproximarían. Yo pensaba en amor, no en mundos. Así que tuve que encontrar algo que fuera su mundo, y recibí una grata sorpresa.  Cuando focalicé su espacio, su latido, su brillo y color, pude abrirlo y ver que había en su interior. Fue maravilloso encontrar mi nombre en un corazón sano y robusto, cuando en realidad yo lo había presentido herido y amargado.

Pues era todo lo contrario, se había mantenido en formol para sí.

Amarse es algo personal, los demás son individuales. No es cosa de dos, así que si amo a alguien no lo tiene ni porque saber. Si pregunta le puedo hasta responder, pero no me tiene porque creer, porque tiene su mente y sus sentimientos edificados sobre un montón de cosas vulnerables y condicionantes. Nosotros mismos podemos amar y no saberlo hasta que algo ocurre, y podemos auto engañarnos, equivocarnos y traicionarnos.

No sé si tengo mi propio planeta corazón, nunca viaje allí y así me va, tengo que intentarlo y escucharlo, y descubrir si me quiero o no, y cómo me quiero. Decididamente esa es la clave del amor y las relaciones, empezar por nosotros y extenderlo al mundo, lo de encontrar o no el amor personal en una pareja ya parece más fortuito, pero puede ocurrir incluso sin ser correspondido. De todo se aprende cuando uno se cultiva por dentro. Y nadie te puede decir como amar, como te ama, pero puedes sentir lo que estés capacitado a sentir en ese momento.

Si hay un cosmos de corazones, cada uno es el rey del suyo y es él quien lo codifica y quien lo decodifica. No creo que tenga que ver ni con el inconsciente. El corazón va por libre, aunque lo limiten y condicionen, no se deja gobernar, no atiende a leyes. Es inútil conquistarlo porque no responderá, nadie se enamora intencionadamente, o evita enamorarse, si es amor, ocurrirá sin más, y después ya nos encargaremos nosotros de estropearlo.


Astro Sol

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