Encontré una fórmula para
averiguar personalmente los sentimientos de alguien. Analicé detalles que
pudieran demostrarlo, pero no los encontré, no había indicio claro, incluso hallé
todo lo contrario, pero lo negaba. Sí, no era mi inseguridad, aquello no era
amor, pero preguntarlo no era solución, tal como me contestaba, a preguntas
tontas no hay respuestas.
Era patético seguir toda la vida
deshojando margaritas o interrogando, y en un momento de ensoñación una mañana
acostada, me puse a meditar.
Me dije, el amor tiene que ser
algo que se materialice en alguna parte. Somos tan astrales en nuestro ego que
si el Universo es infinito tiene que haber un cosmos sentimental donde se
almacenen las vibraciones de nuestros corazones, y allí se protejan de
invasiones de intimidad o violaciones. Al fin y al cabo el amor es universal e
infinito.
¿Dónde se hallaba ese mar de
planetas, cuando en la Tierra no se ve el amor y no se siente? Habría que
buscar en el espacio exterior y averiguar.
Despegué mi mente al infinito,
atravesando astros y estrellas, y ocurrió algo mágico. Allí estaba el corazón
de mi pareja, "magnifico planeta", y entendí porque tanto celo en
guardarlo fuera del alcance, ya que era grande, hermoso y delicado. Había sido muy
cuidadoso e inteligente de protegerse bien para que nadie pudiera herirlo.
Seguramente tuvo otros amores
además del mío, pero por lo que sea no habían funcionado, y no parecía
funcionar conmigo tampoco, porque siempre decía que su mundo no era mi mundo y
nunca se aproximarían. Yo pensaba en amor, no en mundos. Así que tuve que
encontrar algo que fuera su mundo, y recibí una grata sorpresa. Cuando focalicé su espacio, su latido, su brillo
y color, pude abrirlo y ver que había en su interior. Fue maravilloso encontrar
mi nombre en un corazón sano y robusto, cuando en realidad yo lo había
presentido herido y amargado.
Pues era todo lo contrario, se
había mantenido en formol para sí.
Amarse es algo personal, los
demás son individuales. No es cosa de dos, así que si amo a alguien no lo tiene
ni porque saber. Si pregunta le puedo hasta responder, pero no me tiene porque
creer, porque tiene su mente y sus sentimientos edificados sobre un montón de
cosas vulnerables y condicionantes. Nosotros mismos podemos amar y no saberlo
hasta que algo ocurre, y podemos auto engañarnos, equivocarnos y traicionarnos.
No sé si tengo mi propio planeta
corazón, nunca viaje allí y así me va, tengo que intentarlo y escucharlo, y
descubrir si me quiero o no, y cómo me quiero. Decididamente esa es la clave
del amor y las relaciones, empezar por nosotros y extenderlo al mundo, lo de encontrar
o no el amor personal en una pareja ya parece más fortuito, pero puede ocurrir
incluso sin ser correspondido. De todo se aprende cuando uno se cultiva por
dentro. Y nadie te puede decir como amar, como te ama, pero puedes sentir lo que
estés capacitado a sentir en ese momento.
Si hay un cosmos de corazones,
cada uno es el rey del suyo y es él quien lo codifica y quien lo decodifica. No
creo que tenga que ver ni con el inconsciente. El corazón va por libre, aunque
lo limiten y condicionen, no se deja gobernar, no atiende a leyes. Es inútil conquistarlo porque no responderá,
nadie se enamora intencionadamente, o evita enamorarse, si es amor, ocurrirá
sin más, y después ya nos encargaremos nosotros de estropearlo.
Astro Sol
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