lunes, 25 de mayo de 2015

ROSA BLANCA 1.898 (Parte VI) - Laura Mir y Julia C.



NOTA: Ante las observaciones de algunos lectores en cuanto a la facilidad de acceso para poder leer esta historia, porque es verdad, ya que no todos tienen acceso a G+ y es un poco de lío. Les dejo una recopilación de enlaces para su mejor comodidad. Pido disculpas por las molestias y doy las gracias por el interés y dedicación que nos muestran. Afectuosamente.

                                                                                                                                                                                                    Laura Mir

RECOPILACIÓN DE ENLACES:

Primera parte

Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte

Quinta parte


ROSA BLANCA  1.898 (Parte VI) 


Guillermo se deshizo en excusas con ella, que no hacían falta porque Blanca era inmensamente feliz por Rosa y por él, si bien nunca lo quiso como marido, le reconocía su valía como persona entera, noble y de muy buenos sentimientos. Era lo mejor que le podía pasar a su hermana. Con esa boda, ganaba una seguridad y posición que las colocaban de igual a igual, ante la sociedad y el mundo, cosa que Blanca por mucho que hubiese querido ni una vez siendo marquesa, hubiese conseguido. Su entorno era demasiado rígido y pocas veces perdonaba la procedencia de las personas. Este enlace arreglaba la situación y acallaba las bocas maldicientes.

Sonreía cada vez que imaginaba el modo en que Guillermo se declaró a Rosa, sabiéndola tan sufrida por todos, seguro que ella le diría:

— Ahora me quedo preocupada por Blanca, qué será de ella, es tanta la responsabilidad de su legado…

Él dudaría un segundo y conociéndolo como lo conocía, con una sonrisa y sus atractivos hoyuelos en las mejillas, le respondería a su hermana:

— Hay que priorizar las preocupaciones antes de consumirnos innecesariamente. Tu inicial preocupación soy yo, solucionemos esto y luego, juntos, arreglaremos la situación de tu hermana.

Se acercaría y la besaría, con ese dulce beso que lo aclaraba todo. Guillermo era así.

Los acontecimientos siguieron, se rompió un compromiso y se inició otro, junto con todos los preparativos de una boda que debía ser maravillosa.

Los meses transcurrieron de locura y ambas compartieron el afán y hacer para que el enlace fuese maravilloso, a veces peleaban por nimiedades, como la elección de las flores o el color de los manteles, paro luego acabar riendo a carcajadas, uniéndolas más y más. Eran tan felices que parecía que se casaban las dos en vez de una.

Después de la boda, Rosa y Guillermo emprendieron un largo viaje de novios del que Blanca no sabía el destino. Su hermana no había viajado nunca y Guillermo quería que todo fuese una sorpresa para ella, quería ver el asombro en sus ojos en cada ciudad, en cada camino, en cada lugar que pararan. La amaba tanto.

Cuando todo era perfecto y parecía que nada podía empañar la dicha que sentía, Ramón volvió a la carga con la responsabilidad del legado, el marquesado y el buen matrimonio que solucionara el gran problema.

Estaba visto que no la dejaría vivir su propia vida ni respetaría sus decisiones, le estaba vetado poder elegir y Blanca, sintiéndose impotente, volvió a cubrirse de un mutismo de consideradas proporciones, lo rodeó todo de ese silencio ensordecedor que sale del alma, y la vida que llevaba, si bien de por sí no era muy interesante, dejó de tener de forma continua, matices atractivos. Lo único que la abstraía de vez en cuando, eran las cartas que recibía de Rosa, que leía y releía, una y otra vez.

Era tanta la presión que Blanca sentía que apenas comía, pasaba las noches sin pegar ojo y perdió interés por todo, sacarla de casa, pasear por los jardines para que le diera el aire se había convertido en una misión titánica. Ramón en realidad estaba muy preocupado por su hija, podía ser riguroso, exigente y conservador, pero inhumano desde luego que no. El quería a Blanca por encima de todo, cuando la veía deambular por la casa en aquel estado, se cuestionaba si en realidad estaba haciendo lo correcto o por el contrario, totalmente errado.

Por eso le sorprendió mucho aquella mañana cuando Blanca le solicitó, el concierto de un nuevo matrimonio, le daba igual con quién y cómo, el único requisito que exigía, y esas fueron sus palabras, es que su futuro marido viviera lejos, muy lejos de allí. A lo que el marqués restauró las consabidas responsabilidades para con el marquesado, a lo que Blanca le contestó en un golpe de coraje, que le daba igual, que buscara quien lo gestionara porque ella ya le entregaba su vida, que hiciera el favor de no pedirle los años que sin ninguna duda la consumirían entre aquellos muros que se habían convertido en una pesada carga, eran una prisión, su prisión. Quería salir de allí y alejarse, casada o muerta, le daba igual, pero que hiciera el favor de no prolongar más su sufrimiento.

Así fue como Ramón movió contactos e hizo gestiones y la casó por poderes con el hijo de un amigo suyo, Jaime Olivares, propietario de una plantación tabaquera en África, donde Blanca viajaría al llegar la primavera.

La buena de Rosa, se dijo Blanca, lo entendería todo.



                                                                                 Continuará…



Laura Mir



5 comentarios:

  1. Ohhhh un destino le esperara a Blanca en las alejadas tierras de África. Esperemos que ese nuevo matrimonio este lleno de amor. ¿Que hará Rosa sin su hermana?

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  2. Vaya, que pena y al mismo tiempo que liberación para Blanca, un relato de sentimientos enfrentados que he leído con gran placer Laura. Como siempre me quedo con ganas de mas, entre tu y Julia estáis haciendo un gran trabajo, espero continuación con cierta impaciencia.
    Un saludo y una :)

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  3. Ostras! Muy duro. Me encanta como habéis descrito a cada una de las hermanas y en concreto, a la que menos prestamos atención porque es hermosa y de otra clase, Blanca porque es la que más sufre precisamente por su condición. De lagrimita, Rosa lo pasará mal. No sé si después de encontrarla podrá, ahora que son íntimas hemanas, vivir sin ella. Un abrazo!

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  4. Bueno, pues ahora nos queda saber lo que le ocurrirá a Blanca cuando llegue a África, pero eso nos lo iréis desvelando con vuestra estupenda prosa a dúo, mis queridas Julia y Laura. Comparto con mucho gusto y os dejo besos y mis mejores deseos para la semana:-))

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  5. Esperemos como van a continuar la historia y hacer feliz a la pobre de Blanca.
    Me ha encantado.
    Un gran abrazo.

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