Ningún hombre es una isla, sólo para él mismo; cada hombre
es un pedazo de continente, una parte del todo; si el mar arrastra un trozo de
tierra, Europa se hace más pequeña, como si fuera un promontorio, como si fuera
la casa de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cada hombre me disminuye,
porque formo parte de la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién
doblan las campanas:
¡están doblando por ti!
¡están doblando por ti!
John Donne
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