Entre los restos de otros recuerdos,
resta encontrar una sombra de hierba.
Con el frío, tiempo de lo perdido
se entremezclan
cuerpos, abrazos y besos.
Añorados entre silencios baldíos,
el marcado compás de tu latido.
Se clava con insistencia en mi hueco,
la ausencia de tu piel en mis sentidos.
me rodean por
doquier negros vacíos,
Como fue noche
un corazón rendido.
Echo en falta tu cuerpo junto al mío,
que ya dejó mi sangre de regar al destino.
Fuegos fatuos de amor y de cariño,
lo mío que queda en este desatino.
Lágrimas de no ser aún aquel niño,
que no cometió el pecado de haberte querido.
Entre el maltrecho despojo de mí mismo
Encuentro un aliento que me dice: tuyo,
pero es sólo eso, un eco tímido de abismo.
Rebuscando entre la tierra negra e inerte,
el rojo de tus labios sigue intenso y vivo.
Una gota de rocío, se desliza, una simiente,
crean el núcleo que hoy es ombligo.
Lágrima transparente, savia de vida,
eclosiona esta, germina y sé que es suerte,
enraíza con rizoma profundo y fuerte
bajo esta turba fértil y nutriente.
Abrazo enredado en beso candente,
dadora de vida
en sentimiento ausente,
reverdeciendo lo que ayer fue perderte.
Laura, Jaime y Fernando
Rezuma una suerte de añoranza pura expresada con delicadeza y mucha belleza.
ResponderEliminarMuchas gracias Eduardo por tu amable comentario. Un beso.
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