miércoles, 25 de junio de 2014

La soledad de tu amor



Fue una tarde de otoño.
Mi corazón se moría sintiendo que te perdía.
Qué ironía… si acaso alguna vez te tuve.
Fue un instante, la sospecha me dolía,
y en tus ojos me miré,
mas ya no encontré calor, sino una mirada fría
que como acero afilado el corazón me partía.

Al conocer tu traición quise mis pasos volver,
ya fue tarde para mí y al fin pude comprender,
que por tus ojos veía.

Por amor y sin rubor a tus brazos me entregué,
Mas los besos de tu boca fueron falsos… ahora sé.
Nunca tu amor tuve yo. No me amaste, bien lo sé.
Me culpo yo de este error, más tu pecado ahí está.

Nunca debiste iniciar la tortura, la agonía,
la sinrazón de este amor, que más que amor fue dolor,
queriéndote hasta la muerte, muriendo en vida sabiendo
que tú nunca me amarías.

Y fue aquella tarde sombría en que me miré en tus ojos,
que como la última hoja de aquel otoño tan gris,
mi corazón ya cansado de tanto quererte en vano,
por ti dejó de latir.


Mati de Tena

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