Esta tarde la lluvia trae imprecisos ecos de secretos
desvelados, de dulces ternuras emitidas en sombras, suaves caricias clandestinas
en instantes soñolientos que hicieron por un tiempo, sonar melodías que
adormecían el paisaje y vibraban las almas con cada acorde, con cada nota, en
una comunión casi perfecta entre el cielo y la tierra.
Era un besar suave el de aquellos besos, a veces ávidos, a
veces lentos, pero siempre torpes.
Sigue lloviendo sobre el pavimento duro y gris de esta
estación; guardo en mis maletas disfrazados con otras prendas de rigidez
aquellos te quieros, que por mucho
que llueva y sople el viento, no se los lleva, aunque ahora los desecho porque
sé que nunca fueron ciertos.
Me resguardo bajo un paraguas negro como la noche que apenas
cubre de olvido todo lo que siento y me salpica el agua de otras hablas de boca
en boca que en mi interior maldigo.
El mito del amor desquerido y descreído vuelve a proyectarse
como las lobregueces de tus últimos silencios, de las esperas eternas y de los
murmullos perpetuos.
Bajo esta lluvia fría, aquellas melodías ya no se asemejan a
nada, no armonizan nada porque todo está al descubierto. Es la agonía lo que
queda a falta de la clave en este pentagrama, es solo desconcierto en este
concierto lleno de contrariedad y de despecho.
Sé que no hay voz, sé que no hay rima, sé que ha muerto el
verso.
No he de sentir vergüenza por haber amado, por haber querido
los frutos en los amaneceres recolectados, porque he entregado el corazón en
cada encuentro, porque he entregado el alma en cada beso, porque he derramado
vida en cada rincón de tu cuerpo.
Pero eso me llevo, el recuerdo del besar suave de tus labios,
antes ávidos, ahora añejos; antes de seda, ahora ni de acero, pero siempre y
ahora lo sé, fueron desmedidos y embusteros.
Con todo me quedo porque nada apreciaste, mientras espero mi
tren bajo un paraguas negro que apenas cubre todo lo que
en estos momentos de despedida siento.
Laura Mir
Hola Laura.
ResponderEliminarUn intimo relato, que solo se puede escribir
las tardes de lluvia fría, mirando desde detrás
del cristal como se moja el mundo a la par
que el corazón.
Ecos de lluvia en una alma.
Me ha gustado mucho, invita a soñar.
Un abrazo cordial.
Benjamín
Me gusta la voz que se sincera. Parece de tarde lluviosa, como dice Benjamín, con voz tenue a buen recaudo. Da la impresión de traslucir el coraje de haber amado, pese a haber recibido a cambio despechos y embustes. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bonito
ResponderEliminarUna despedida bajo una lluvia que purifica el alma
A. Gran
Sonaba el agua a resguardo del recuerdo,
ResponderEliminarde nacer en lo perdido por haber tenido.
Me criaste entre besos que eran de olvido
entre charcos de ahogar lo que fue creído.
Busco, a recuento de travesaños,
de la desvergüenza de risa por llanto,
un hogar lejos del paraguas negro de engaño,
de saber que no hay verso, sino hay canto.
Muy bonito pero me sabe a cruda despedida, a dolor a desamor, es triste
ResponderEliminarpero a veces la vida misma es así.
Una emotiva despedida, fiel reflejo de lo que dejas atrás para acometer un largo viaje y triste viaje.
ResponderEliminarEmocionante, para cualquiera. Felicidades Laura.
Emociona ese amor DESQUERIDO. Me encanta. Gracias por escribirlo y por describirlo.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros amables comentarios siempre animan a seguir escribiendo. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, Laura. Indefectiblemente te salta la vena poética, pero claro, tratándose del amor, es muy válido. Te ha salido bonito. Solo una observación: el "deshecho" entiendo que es "desecho". Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por la observación, ya está subsanada y gracias por el comentario. Un abrazo y feliz semana.
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