viernes, 11 de julio de 2014

El hombre que daba cuerda al mundo



Llevo cuatro días encerrado en mi casa, ahora ya es seguro, se están empezando a cumplir los vaticinios de aquella anciana.

Me he pasado las últimas tres semanas midiendo el tiempo exacto de los días y de las noches, comparándolos con los meses anteriores, y haciendo cálculos, me he dado cuenta que en estas tres semanas, los días se han alargado media hora; dentro de mes y medio será una hora, y así hasta que la tierra deje de girar, el principio del fin está a punto de mordernos el culo.

Hace justo tres semanas de aquel accidente. Y todo por culpa de un borracho, les cuento:

Era domingo por la mañana, sobre las siete, andaba paseando a mi perrita por la avenida principal de la ciudad, casi no había tráfico y muy pocas personas. Iba tranquilo y relajado, fumándome un cigarrillo, cuando de la nada, apareció un coche invadiendo la acera, llevándose por delante a una pareja de ancianos, que como yo, estaban paseando tranquilamente unos cuantos metros más adelante.

Me quedé horrorizado, el coche se había empotrado en una marquesina, mandando a los ancianos a unos cuantos metros, me acerqué corriendo, mientras llamaba a emergencias. Cuando llegué a su altura, me di cuenta de que el hombre estaba muy mal, tenía los miembros en ángulos imposibles, aún respiraba, pero estaba inconsciente, la mujer parecía haber tenido mejor suerte, estaba consciente y hablaba, lo que a mí en ese momento me parecieron delirios, quizás provocados por el choque, decía cosas como:

— No puede morir... Él es la llave… Estamos perdidos… Es el fin… — Cosas de ese estilo.

La ambulancia y la policía no tardaron en llegar, unos se llevaron a los ancianos, y la policía al borracho, el tipo no podía ni andar de la turca que llevaba, eso sí, ni un rasguño; en ese momento pensé que no había justicia.

Pero ocurrió algo, cuando se estaban llevando a la mujer, me llamó por mi nombre, me acerqué a ella, cogió mi mano y una voz en mi cabeza me habló.

Inmediatamente me soltó y se la llevaron, tuve que quedarme a prestar declaración por haber sido testigo del accidente, cuando regresé a casa ya eran pasadas las doce.

En realidad solo podía pensar en la voz de la anciana en mi cabeza, me decía que fuera a verla, que era muy urgente, el futuro del mundo peligraba.

Dejé al perro en casa y me encaminé hacia el hospital donde se habían llevado a la pareja, por lo visto el hombre estaba en estado crítico, se conoce que la mayoría del golpe se lo había llevado él; la mujer, sólo tenía un par de fracturas y estaba consciente.

Pregunté a una enfermera si podía visitarla y me dijeron, que sí, pero sólo un momentito. Cuando entré en la habitación, me sobrecogió al ver la fragilidad de aquella anciana, con la cabeza hundida en el almohada, si me dicen entonces que tenia más de cien años, me lo hubiera creído, parecía una muñeca de cristal y entonces abrió los ojos.

Son las cuatro de la mañana y me acabo de despertar con el corazón desbocado y sin poder respirar, si no me conociera, juraría que estoy sufriendo una crisis de ansiedad. No puedo dejar de pensar en las palabras o pensamientos de aquella frágil mujer.

Puede que a vosotros, lo que voy a revelaros os parezca absurdo, un cuento o los desvaríos de una vieja media chocha, que ha sufrido un fuerte golpe.....Pero vosotros no estuvisteis allí, con ella. Esa mujer no estaba loca, en cuanto abrió los ojos, me grabó sus palabras en la mente, mirándome con aquellos fuegos que vivían en sus ojos, no pronunció una palabra, sólo me miraba, cuando dejó de hacerlo, se desvaneció en la nada, estaba allí y al instante ya no estaba, así, como cosa de magia.

Me pareció que pasaron horas antes de que pudiera moverme y salir de allí, huí como si todos los diablos me persiguieran, para encerrarme en mi casa, ahora ya sabía el nombre de los ancianos y a que se dedicaban.

Sé que no debería revelar lo que me dijo aquella anciana, pero haga lo que haga, nada se puede cambiar, así que he decidido desvelar el secreto.

Aquella pareja no eran de la tierra, eran seres que venían a este mundo cada doce mil años a dar cuerda a nuestra tierra, el se llamaba Gabriel y ella Lilit, estaba atónito, no me lo podía creer, a través de su mente vi el mundo del cual procedían, era practicante igual a la tierra, sólo  que aún era salvaje y libre, como un paraíso, esos seres no tenían cuerpo, eran energía pura y como tal viajaban por el universo. Su cometido era dar cuerda a la tierra para que siguiera girando. Pero por un capricho de ella, se habían materializado en humanos, sentía deseo de pasearse por la tierra, lo que no sabían, es que bajo forma humana podían morir y aquel desgraciado percance lo había trastornado todo, ya no había tiempo de ir a buscar otra llave, y a ella sola le era imposible cumplir con la misión.

Dijo que se iba y que intentaría regresar a tiempo, pero era un viaje de cientos de años. Que lo sentía, pero que estábamos condenados. Y desapareció

Sí, en tres semanas los días se han alargado media hora, el mundo se parará dentro de unos tres o cuatro años, voy a intentar contactar con periodistas y científicos, aunque lo más seguro es que me tomen por un loco, espero que los números me ayuden, tengo miedo, no sé lo que va a pasar.

* Hay muchas teorías, sobre el tema, pero en todas salimos mal parados, repasando mis apuntes leí una frase que me gustó, decía: Has matado al hombre que daba cuerda al mundo, en tu maldito sueño, nos has condenado. Lo adorné un poco más y se lo ofrezco, esperando por supuesto, que el mundo nunca deje de girar.



Benjamin. J. Green


* Música: El Muro - Pink Floyd


8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado,
      gracias por el comentario, ayuda
      a seguir y es gasolina para mi
      pluma.
      Hasta proximas letras.
      Un saludo.

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  2. Muy original, imaginativo y bien contado, menos mal que no es verdad. Muchas gracias por deleitarnos con tus letras.

    Un abrazo.

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    1. Gracias por tus comentarios , me dan alas
      y por tu impagable trabajo, a tus pies.
      Un fuerte abrazo cordial.
      Benjamin

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  3. Bonito, emotivo y un poco dramático, pero si aún hay tiempo podrían cambiar el reloj de cuerda por uno digital, nos daría algo más de tiempo

    Albert

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    1. Hola Albert.
      Gracias por comentar, la verdad es
      que mucha energia pura y andan por
      hay con una llave, vanos apañados,
      lo de digital esta bien pensado.
      Hasta proximas letras.
      Un saludo.
      Benjamin

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  4. Hola Benjamín.

    Nos gusta la imaginación que le pones al relato de una frase pero lo cierto es que nos estamos comiendo los números, al mundo se le está acabando la cuerda, lo estamos destrozando todo. Tantas guerras, tanta contaminación... es fantasía pero tan actual. Felicidades.

    Café y Letras

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    1. Gracias por vuestro amable comentario, gasolina para mi pluma, me alegra que os haya gustado.
      Para eso estamos, para que paseis un rato agradable.
      Un abrazo cordial.
      Benjamin

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