miércoles, 9 de julio de 2014

El miedo del corazón fatuo




Vuelvo a paralizarme en el filo del bordillo, con miedo a echar el pie sobre el pavimento gris como si no hubiera asfalto, y fuera a enfrentarme a la inmensidad del mar, al vacío, y retorna la ansiedad; pierdo la seguridad y el calor, me ahogo; un temblor me recorre, me percato de que una bandada de golondrinas negras vuelan raso y en silencio sobre mí, sigilosas aletean, bajo un cielo lánguido y deslucido, vaticinando nubes hoscas y el retorno de aquellos tiempos oscuros, repletos de absoluta soledad.

Giro la cabeza, no puedo soportarlo más, esta espiral emocional me arrastra, no alcanzo a aferrarme a nada, ya no quedan rescoldos de buenos fuegos junto al hogar, y sin quererlo siento todas las células de mi cuerpo como si fueran estopa; rígidas y resecas. Y noto que la vida me muestra su lado más severo, las lágrimas se desbordan incontenibles y comienza a sufrir una vez más este pobre corazón fatuo, corazón, corazón como el de una calabaza, hueco y lleno de contradicciones e indecisiones, y de semillas que nunca encontrarán una tierra fértil y próspera donde germinar.

Se me hace tan extraño, me siento tan ajena que ni siquiera me reconozco viviendo en este entresijo de existencia, mal encauzada, suspendida entre el suelo firme y la profundidad del mar, y poco importa mi periferia si soy muy poco valiente y en soledad me quedo siempre, sin tomar las riendas de la providencia por exceso de prudencia, y abrazada fuerte, muy fuerte al miedo… tiemblo.

Anónimo




4 comentarios:

  1. Del vuelo de la golondrina al frío abrazo al miedo.
    Que queda entre el asfalto y las hoscas nubes.
    ¿Miedo, lucha, libertad...vida?
    A veces, es sólo una moneda lanzada al aire la que decide.

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  2. Muchas gracias apreciada amiga por compartir esas sensaciones que te produce la enfermedad con nosotros, te deseo mucha suerte. Seguimos hablando. Un gran abrazo.

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  3. Hola Anonimo.
    Me ha gustado mucho tu relato,
    No se a que puede referirse Laura,
    pero desde aqui te mando mucha
    fuerza y un abrazo.
    ANIMO Y GRACIAS

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  4. Muchas ánimos. No hay mal que cien años dure.

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