Voy a tu encuentro cuando no estás.
Las mareas cotidianas me obligan
al placer de contemplarte en soledad.
Fundirme contigo en ese abrazo frío,
húmedo… solos, tú y yo, bajo este cielo
amenazante, plomizo y atormentado.
Desciendes sinuoso para ese beso
de amante indiferente que depositas
en mi mejilla, para esa caricia leve.
Perfilando como sin querer, rozas
con tus manos gélidas mis contornos,
no hay palabras, sólo tus sonidos…
Siento tu respiración sobre mi rostro
y por un breve instante me impregnas
de tus fragancias a vida, a sal, a muerte…
Inhalo, y me llenas de una sensación extraña
de estar frente a ti sin espigón ni estelas,
que nos separen…
Desnudo y aterido,
como cuando amas y todo lo has perdido,
pero en rara comunión… sólo conmigo.
Laura Mir
Me parece un poema muy intimo,
ResponderEliminarcomo desvelando le que pueda
haber detras de una puerta entre
abierta a tu alma.
Me ha gustado mucho.
ANIMO Y GRACIAS
Gracias por pillarlo, porque con esta nadie da una, jeje.
ResponderEliminarMuchas gracias también por el comentario.
Un abrazo